La cumbre más emblemática de todo el macizo de Montserrat es sin duda el Caballo Bernat. La leyenda de su origen dice que a un leñador que tenía que transportar fajos de leña en el Llobregat el diablo le prestó un caballo llamado Bernat, rápido como un relámpago, porque lo ayudara en este trabajo. ’Caballo Bernat, Caballo Bernat, baja la leña en el Llobregat’ dice que decía el leñador al caballo.
Pero quien hace pactos con el diablo algo tiene que dar a cambio. La condición impuesta por el diablo fue que en el jefe de diez años el leñador le tenía que proporcionar otro caballo de características similares.
El leñador se hizo rico gracias a la ayuda del caballo Bernat pero el día que se cumplían los diez años, el diablo le recordó la promesa que el leñador ya había olvidado. Ante esto, su mujer rogó a la Virgen y una luz llenó el lugar. Después del susto, el diablo y el caballo Bernat habían desaparecido y en su lugar se levantaba una piedra señalando el cielo.