Leyendas de Montserrat

Leyendas de Montserrat

La leyenda más conocida del hallazgo de la talla románica de la Virgen María de Montserrat explica que los pastores del cortijo Riusec de Monistrol pacían su manada por la montaña de Montserrat cuando vieron una luz resplandeciente que provenía de una cueva situada bajo un acantilado sobre el río Llobregat. Los pastores decidieron hacer saber este prodigio al clérigo de Monistrol y este al obispo de Vic que enseguida quiso averiguar el que sucedía en aquel lugar.El obispo, junto con los pastores, llegaron hasta la cueva de donde salía la luz y unos cantos celestiales y encontraron la imagen de una Virgen con el niño Jesús sentado a la falda. El obispo decidió llevar la imagen a Manresa pero al llegar a la llanura donde está situado actualmente el Monasterio todos se quedaron inmóviles sin poder avanzar ,cosa que se interpretó como que la Virgen quería quedarse en este lugar. El obispo mandó que se edificara una capilla, lugar dónde desde…

El Caballo Bernat

El Caballo Bernat

La cumbre más emblemática de todo el macizo de Montserrat es sin duda el Caballo Bernat. La leyenda de su origen dice que a un leñador que tenía que transportar fajos de leña en el Llobregat el diablo le prestó un caballo llamado Bernat, rápido como un relámpago, porque lo ayudara en este trabajo. ’Caballo Bernat, Caballo Bernat, baja la leña en el Llobregat’ dice que decía el leñador al caballo.

El Timbaler del Bruc

El Timbaler del Bruc

El hecho histórico del cual parte esta conocida leyenda es la derrota de las tropas francesas mandadas por el General Schwartz el 6 y el 14 de junio de 1808 ante las tropas de sometents de los pueblos vecinos y soldados regulares. Fue la primera derrota sufrida por las tropas francesas.

Fray Garí

Dice la leyenda que el ermitaño Fray Joan Garí recibió el encargo de librar del diablo el cuerpo de la hija del conde Guifré. Pero el diablo lo tentó y Fray Garí violó y asesinó a la hija del Conde. Una vez se dio cuenta de lo que había hecho fue a Roma a buscar el perdón del Papa. Este escuchó el relato de Fray Garí y le perdonó sus terribles pecados imponiéndole por eso una penitencia: Tenía que andar a cuatro patas hasta que un niño le dijera "Garí, ponte derecho, tus pecados te son perdonados".